Con mucho cuidado para no caerse y para no hacer ruido, Grant y Salinas fueron acercándose a la casa. Ésta se veía como enorme masa negra. Ahora parecía completamente abandonada.
–¿Cómo entramos? –preguntó Juan Salinas al oído de Grant.
–No lo sé, pero entraremos –contestó éste.
— Cuántas entradas tendrá esta. . .
–¡Cállate! Hay que evitar todo ruido.
De pronto Grant se detuvo y cogió del brazo a Salinas. Estaban ya muy cerca de la casa.
–¿Has oído algo? –preguntó.
–Es el perro, si no me engaño –dijo Salinas– y no me gustan los perros. . . sobre todo de noche.
–¡Bah! Será un perro viejo. No tendrá más que dos dientes –dijo Grant en voz baja, con los labios junto al oído de su amigo.
–Sin embargo, no nos conoce y mientras le queden[1] dos dientes yo no tengo ganas de encontrarme con él.
–¿Tienes miedo? –preguntó Grant.
–¿Yo miedo? La verdad es que me interesa ese perro. ¿Cómo habrá perdido los dientes. . . digo los que le faltan? Los habrá dejado en el brazo de algún hombre.
Grant llevó la mano a la boca de su amigo.
–¡Cállate, por amor de Dios! Siento no haberte dejado en casa. Es necesario tomar en serio este asunto. Los pedazos de cristal que hemos encontrado en el camino indican claramente que el cuadro que buscamos está por ahí. Y es posible que Pablo González esté encerrado en esta casa. Debemos hacer un gran esfuerzo. . .
–Pues bien –dijo Salinas interrumpiéndole– propongo que tú vayas por la izquierda[2] mientras yo voy por la derecha.
–Está bien, y si tenemos suerte. . .
–Si tenemos suerte, nos encontraremos detrás de la casa –dijo Salinas, apartándose de su amigo.
Dos segundos después Grant le perdió de vista. Se acercó a la casa por el lado izquierdo y pronto pudo distinguir una puerta, por debajo de la cual se veía un poco de luz. Por lo visto era la misma puerta que alguien había abierto poco antes. También pudo distinguir varias ventanas, todas oscuras. Fuera de la débil línea de luz, no había señales de vida dentro de la casa.
Sobre la cabeza de Henry Grant las hojas de los árboles temblaban en el viento. El suelo estaba duro, seco, y en algunos sitios estaba cubierto de piedras pequeñas que sonaban bajo los pies del joven. Delante de él se alzaba la enorme casa, cuyas ventanas oscuras parecían amenazarle.
De pronto Grant se detuvo. Había notado que una de las ventanas estaba rota. Le faltaba un cristal en la parte inferior. Se colocó debajo de la ventana y trató de abrirla. Aunque la encontró bien cerrada, metió el brazo, y al fin logró abrirla. Una vez abierta, no le fué muy difícil subir a la mesilla de la ventana y meterse dentro de la casa.
Quedó un rato escuchando. “¡Qué locura! ¡Qué empresa más loca!” pensó Grant. “Si me descubren me toman por ladrón y me matan.”[3]
–Permitame decirle, señor Grant, que ésta no es la casa que Vd. busca. Está Vd. en un error –dijo una voz tranquila.
En ese instante un fuerte brazo le dió en la cabeza con algo duro y pesado y Grant cayó al suelo sin sentido.
[1] mientras le queden, while he has. The subjunctive is required after certain conjunctions when uncertainty is implied.
[2] propongo. . . izquierda, I propose that you go to the left. The subjunctive is used in dependent noun clauses after any expression of proposal, suggestion, or advice.
[3] Si me descubren. . . matan, If they discover me, they will take me for a thief and kill me. The present tense is often used for the future to make the statement more vivid.
Exercises
A. Memorize.
- encontrarse con – to encounter, meet
- le pierdo de vista – I lose sight of him
- me quedan dos – I have two left
- por ahí – around here (there) somewhere
- por amor de Dios – for Heaven’s sake,
- (por) debajo de la cual – underneath which
- sin sentido – unconscious
- tomar en serio – to take seriously
- un poco de agua – a little water
B. Prepare to give in Spanish a résumé of chapters 5 and 6, or chapter may be dramatized, one student taking the role of Grant and another that of José.
C. Translate.
- Since it was necessary to avoid all noise, Grant and Salinas approached the house carefully.
- That enormous black mass seemed to be threatening them.
- Something was moving in the trees behind them.
- "I don’t wish to encounter that dog again," said Salinas in Grant’s ear.
- "Are you afraid of an old dog? Hush, for Heaven’s sake!"
- "He is probably old, but I’m sure he has two teeth left."
- Salinas thought that there was nobody at home, and, therefore, he wasn’t taking the affair seriously.
- On the other hand, Grant believed that the thief was around there somewhere.
- Shortly after, Salinas proposed that Grant go to the left.
- Then he withdrew, and Grant soon lost sight of him.
- Shortly before, Grant had noticed a door, underneath which was seen a little light.
- He succeeded in opening a window and soon found himself inside the house.
- With his hand on the window sill he listened for a while.
- Then someone struck him on the head, and he fell to the floor unconscious.
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